Ambiciones y... ¡Chin chín, chau 2014!



Después de tanta expectativa, por fin llegó diciembre y yo... ¡No pude seguirle el ritmoooooo!
Por algún lado comenté que mi casa está en construcción hace muchísimo y últimamente mi bonita oficina, que gradualmente se va llenando de papeles y cartones, necesitaba más espacio porque… Bueno, el caso de los últimos días podría resumirse en: muchos papeles y cartones + humedad = absoluta incompatibilidad (léase: CAOS).

Sí, dije "humedad". Parece que cuando se hizo la instalación de gas (hace bastante) un caño de agua se rompió y… ¡glup, glup…! Los desastres van apareciendo y tuvimos que “mudar espacios” dentro de la casa para hacer lugar en la oficina. Para que tengan una idea: la habitación de mi hija  y la nuestra ya no están en donde estaban. Actualmente mi cama está en el futuro lavadero (¡Listo! No puedo engordar ni un gramo más porque no entro, ja, ja)

Y así entre tanta humedad y paredes que se descascaran, diciembre se aparece muy campante para revolucionarme la poca cordura que me quedaba y acá estoy, un martes a las 5 de la mañana escribiendo esta especie de disculpa. Disculpa medio de cuarta, porque con total ingenuidad creí que después del 25 me crecerían un par de brazos extra, que los días tendrían 10 horas más y aparecería un diseño mejorado en el blog, bonitas imágenes en Instagram y en la FanPage, que los pedidos de materiales llegarían a tiempo y los materiales prensados secarían en segundos... Pero NO. Resultó que mis productos siguen sin tener un nivel presentable/fotografiable, todavía.

Pero yo amo los cambios (aunque sea de muebles) y el envión que tomé en este 2014 me tiene emocionada, ansiosa y contentísima: felicidad de locura controlada, entre las vacaciones de mi nena y mi esposo, los brindis porque sí y el calor de fin de año.



Proyecto Filigrana-Sueños-ambición-deco
 
Proyecto Filigrana-Sueños-ambición
Querer abarcar demasiado con espectativas poco realistas.


  
Ambición. Por las dudas busqué esta palabra en el diccionario (uno de mis libros favoritos. Sí, en serio…) Y por supuesto trata de lo que todos suponemos. La RAE define: 

ambición. (Del lat. ambitĭo, -ōnis).
1. f. Deseo ardiente de conseguir poder, riquezas, dignidades o fama.
 
Como me sonó demasiado, DE MA SIA DO pedante (y ya tenía impreso mi cartelito ¡ejem!) investigué un poquito más y Wikipedia -aunque tenga cero “certificación de calidad”- me dio algo de consuelo planteando asuntos de superación, esfuerzo y que no se la debe confundir con la avaricia y bla, bla, bla.
 
Pero al final, entre tanta etimología y cosas parecidas, yo elegí quedarme con definición, o por lo menos lo que se me vino a la cabeza cuando me escuché pronunciando esa fracesita al reconocer que diciembre se me había escapado de las manos ;(

Creo que anhelar cosas y soñar son el inicio, el primer paso, pero la ambición resulta ser un ingrediente de potencia: aporta la necesidad de búsqueda de la recompensa. En mí caso, un tesoro, no material exactamente, sino personal: hacer posible lo que ya creo que así es. 

Sumarle ambición a un sueño puede darnos pautas, objetivos, metas alcanzables y nos marca el norte en nuestra agenda para ponerle fecha y hora a esa línea de llegada de la que tanto hablamos que “algún día vamos a cruzar”.

Porque lo único que sé es que los sueños pueden ser algo así como infinitos y toman diversas formas a través del tiempo. Pero eso sí, cuidado, porque pueden tener fecha de vencimiento.


¡Besitos para todas! ¡Chuiiiiick!
Feliz, feliz fin de año, nos vemos en el 2015 y
¡A PERSEGUIR SUEÑOS!
(Porque estoy segura que a ellos les gusta dejarse alcanzar)
♥ 

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