La
máquina hogareña de producción, (que es la herramienta principal de ingresos
para que mi empresa no presente quiebra antes de arrancar) o sea: yo (la misma
que escribe y delira) esta semana se vió envuelta en una nueva maraña de complicaciones
de esas que tanto me condimentan la vida… Y de sabores sí que puedo hablarles:
soy hipertensa, amante del azúcar que no deja de extrañar la sal.
Todo
el asunto se originó cuando descubrí que pasaría casi una semana sin compu, a
lo cual se le sumó una lista extensa de tareas: inmediatas, importantes,
inventadas, necesarias y aplazadas! Realmente no fue la mejor combinación, si
esperábamos empezar el invierno con los nervios controlados, pero tuvimos
viento a favor y al menos llegamos
“vivitos y coleando” al fin de semana.
Así veo siempre a mi princesita: creando maravillas. |
Con
mi esposo estamos preparando ahora algunas imágenes especiales para publicidad de
la empresa y parece que en breve podré dar a conocer “oficialmente” este blog y
un par de redes sociales que pretendo aprovechar como emisarias y cómplices de
las intenciones de Proyecto Filigrana para el mundo.
Aunque
debo admitir, con sana resignación, que me cuesta horrores aceptar el diseño de
Facebook y su eterna insistencia por contactarme con toda clase de personas; supuestos
amigos; parientes (que seguramente ni saben que existo); páginas de ni idea qué
cosas y varios grupos extraños.
A
pesar de mis prejuicios prefiero pensar en las ventajas y, aunque estoy segura que
con Facebook nunca tendremos la misma relación de amistad como con la súper elegante
Instagram, ni la pintoresca Pinterest, sé que (como a las galletitas sin sal) tendré
que darle una oportunidad.
Mientras
tanto mi subconsciente hace que otra vez apriete el botoncito de “aplazar+mañana”
cada vez que aparece el recordatorio de “Crear fan page”. Me boicoteo a mí misma pero les aseguro que
esas actitudes de cobarde antisocial tienen los días contados.
Ahora
sigo aprovechando el anonimato que me da la web en este blog (que no conoce
nadie, todavía) y escribo con calma, con un escritorio lleno de papelitos y proyectos
encaminados mientras pienso que esta libertad de las palabras es un privilegio
y un placer inmenso y que eso suena demasiado obvio (y bastante pavo, no?) pero
me hace feliz. Así que “FELIZ INVIERNO 2014” para todos los que no saben que
escribo por aquí!! Mientras se juega el mundial, recordamos la creación de la bandera,
subimos el calorama y vamos pensando en gorritos de lana para mantener las
ideas templadas.
(Espero
sepan disculpar mi adicción a los paréntesis y a toda clase de exceso gramatical
como excusas para acotar siempre más, abusando de esta oportunidad de escribir
sin limitaciones ni supervisores de redacción. Un abrazo!)
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