El año pasado aprendí mucho en lo laboral y me di cuenta que para mí no hubo demasiada diferencia entre “saber aprovechar una buena oportunidad” y “meterme de cabeza en una desastrosa mala decisión” …disfrazada de oportunidad.
Bueno, obviamente sí hay diferencia, pero en mi caso, con las oportunidades aprovechadas:
Crecí; aprendí; me sentí movilizada y me hizo seguir atenta a nuevas oportunidades.
Y con las malas decisiones:
Crecí …de golpe; aprendí …por las malas; me sentí movilizada …imposible no reaccionar; y me hicieron seguir atenta a nuevas oportunidades (la esperanza es el primero y el último recurso)
Supongo que la gran diferencia está en lo evidente: una de las dos situaciones se disfruta mucho (¡mucho!) más que la otra y el estrés es delator.
En 2015 tomé una palabrita para encarar el año, fue “oportunidad” y creo que fue realmente acertada. Me crucé de vereda para evitar desaprovechar cada situación que cruzó por mi vida y dejar de ser espectadora mientras tomaba una actitud más activa en mi mundito laboral. Me hace feliz saber que logré montones de lindos recuerdos de los más variados colores y que los momentos más desabridos fueron pocos y sencillos de dejar atrás.
Finalmente llegué a este 2016 con el cuerpo un poco cansado, las ideas frescas, la alegría intacta y una montaña de aprendizaje bien ganado (¡ufff!). Este año mi palabra es “prioridades”, porque no puedo dejarme distraer de lo que me rodea y me llena, eso que poco se deja ver en las publicaciones o en el papel: mis amores.
Sé que aprendí, sé que todavía no sé nada ; ) y sé que esto recién empieza ¿no? Pero yo ya hice mi tarea de cambio de año: a examinar cada experiencia vivida, a conservar lo bueno y a vivir lo mejor… Basta de correr por correr, mi tiempo – tu tiempo- es hoy ;)
"No corras más, tu tiempo es hoy" L.A.Spinetta |
No hay comentarios.
Publicar un comentario